Muchos dirán ¡¡¡Al fin!!!. Otros, menos alegres y optimistas, pensarán ¿Y ahora?. Mucho queda por delante. Todavía no se puede decir que se haya normalizado la situación y sin fecha oficial de inicio de cada etapa de recuperación post-Covid19, la incertidumbre puede que asome en algunos rostros. Una cosa es segura, después de la Mesa Redonda del día de ayer 11 de Junio, la esperanza vuelve a pisar fuerte en cada cubano. La recuperación será paulatina, y la dinámica de las actividades retomará su ritmo, eso sí, poco a poco, pues aún amenaza latente la idea de una repropagación del virus, a pesar de que el calor que nos azota vaya en aumento y sea también una amenaza para dicha pandemia. Solo resta esperar sin descuidar las defensas, el llamado es uno solo: ¡Fuerza Cuba!, que nos recuperaremos y venceremos.

Desde el 13 de mayo fue publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba la Resolución 128 del 2020 del Ministerio de Salud Pública, en la que se emiten disposiciones sanitarias específicas complementarias para la etapa de prevención y control de la propagación de la COVID-19 en nuestro país. Estas disposiciones confirman la aplicación y control de medidas sanitarias para el ejercicio de las acciones de prevención y control de la enfermedad transmisible COVID-19 en el territorio nacional, según lo establecido en el artículo 9 del Decreto-Ley 54 “Disposiciones Sanitarias Básicas”, del 23 de abril de 1982.

El dia Internacional de la Montaña , instituido por Naciones Unidas hace varios años, tiene como objetivo impulsar el desarrollo sustentable en las comunidades serranas a través de la labor consciente de sus moradores, lo que se traduce en mayor protección de la flora y la fauna a escala global. Con el objetivo de preservar el medioambiente y ofrecer una atención diferenciada a las personas que habitan en terrenos de difícil acceso en las serranías cubanas, el Comandante Fidel Castro Ruz fundó el Programa de Atención a Regiones Montañosas Plan Turquino, el cual arriba este 2 de junio del 2020 a su aniversario 33.

El ideal materno que impone la sociedad oscila entre el sacrificio extremo y el papel de supermujer. Miles de horas consagradas a darlo todo con amor, y a cambio, ser diana algunas veces de lo opuesto, otras veces, del mismo amor, pero siempre de forma irregular, como si del vuelo errático de un colibrí se tratase. Su sencilla fórmula de amor y consagración nadie ha logrado replicarla con exactitud, y a pesar de que todos los días pueden ser de las madres, vivimos tiempos en que por momentos olvidamos a ese grandioso ser que nos acompaña siempre, ya sea de forma inmaterial o física. A todas esas madres del mundo, a las que lloran desconsoladas cuando les falta el plato de comida para sus hijos, a las que sufren en silencio los desmanes y desgarros del machismo y otros demonios, a las que sin pensarlo darían la vida por la del bebé que cargan en sus cansados brazos, a esos ángeles sin alas que nos sostienen cuando todo parece derrumbarse, a esas pequeñas niñas con sueños de princesas rotos que nunca tuvieron la muñeca que querían, y sin embargo, nunca lo dijeron, porque tuvieron que crecer de prisa por sus hermanos pequeños y dejar todo atrás, y ser madres, padres y hasta puntales de sus derruidas casas. A todas ellas, se les rinde tributo y admirada felicitación a través de este artículo, tomado de Cubadebate.

¿Alberto, dónde están los niños? - se escuchó a través del pasillo de la casa - ¿Dónde van a estar mujer?, sentados en la computadora - responde el marido desde el techo de la casa, en dónde lleva un buen rato tratando de poner la antena para que los más pequeños puedan ver las teleclases cuando las pongan por el televisor. El silencio inunda durante dos minutos el vacío hogareño, para después romperse con el llamado de la madre para que vengan a merendar. Risas y una carrera de dos participantes que llegan casi juntos a la meseta de la cocina para ver qué hay de merienda. - Haber, a lavarse las manos - ordena la madre - y acto seguido los infantes ejecutan con celeridad la misión. Engullen cual trogloditas lo poco que había y regresan a toda carrera a la computadora, pues Alberto no ha terminado aún y el televisor no se ve bien. Pero que más da, si al final, con cualquier cosa que se entretengan vale. Hoy es un día igual que cualquier otro para ellos, pero lo que desconocen es que es nada más y nada menos que el Día Internacional de la Infancia.

No sé a quién hacerle el monumento en Cuba, si hablamos de comercio electrónico en estos tiempos de Covid-19. ¿A las tiendas online, en oportuna y controvertida expansión? ¿A la paciencia de los consumidores, en espera a la puerta de sus casas por algo más sustancioso que las flores de un galán? ¿O a la gestión de ventas, que readapta a la web viejos trucos para atrabancar clientes?