Para construir una sociedad inclusiva y justa es necesaria la participación de todos. Involucrarse en los problemas que aquejan a la sociedad actual y mostrar empatía es la clave para alcanzar niveles más altos de desarrollo comunitario y personal. Testigo de ello fue el trabajo voluntario efectuado por los delegados del Consejo Popular Centeno en la granja Avícola en Moa. Al frente, su presidente de consejo, Luisito, como cariñosamente le dicen, por ser ejemplo de entrega y sacrificio ante sus tareas.

Para el buen revolucionario, el de calidad, mostrar con el ejemplo propio lo que debe de hacerse constituye la doctrina fundamental. Cuál poderoso torrente que arrastra y hermana individuos, la ejemplaridad siempre ha tenido esa virtud. La solución de problemas a nivel local requiere de una perspectiva global, basada en los principios de la sostenibilidad. En ese sentido, el voluntariado nos convierte en un gestor de cambio de nuestra comunidad, al aportar tiempo, habilidades e ideas en la resolución de problemas.

Si bien los planes de ayuda tienen como objetivo favorecer a la sociedad con acciones desinteresadas y sin ninguna retribución, los beneficios del voluntariado en el desarrollo personal e intelectual de los participantes son muchos e invaluables.

¿Cómo los voluntarios cambian a la sociedad?

Los voluntarios buscan un cambio de paradigmas, al ayudar a las comunidades a celebrar las diferencias, promover la integración y así lograr la sustentabilidad social donde todos tengan las mismas oportunidades.

 Un voluntario debe ser una persona activa, con capacidad para trabajar en grupo, estar comprometido con la causa y dispuesto a aportar parte de su tiempo para planificar acciones, eventos, sesiones informativas, así como entrenar y liderar a otros miembros del equipo. Y es que esto viene a describir a cabalidad la figura de nuestros delegados. Sin ánimos de marcar territorialidad, el delegado moense actúa e influye guiado por el impulso del sacrificio, al cuál está acostumbrado todo hijo de esta tierra. Su entrega incondicional, sus deseos de levantar la piedra que otros rodearon porque pesaba mucho o les pesaba intentarlo, viene a reprsentar un sello que solo a los moenses nos distingue.

Fuente: Comunicadora Gob. Municipal Moa Odasis Serrano Ferrera