(Por Ventura Carballido Pupo) - Hace poco celebramos el aniversario 61 de los Comités de DeDefensa de la Revolución (CDR) la mayor de las organizaciones de masa del país, creadas como un aporte a la teoría revolucionaria, de por nuestro líder FidelCastro, y que no solamente festejamos el acontecimiento los 28 de septiembre. Los CDR tenemos que tenerlos presente por lo que representan para la seguridad de la Revolución, todos los días del año.

Cuando el tiempo pase y las generaciones como la mía desaparezcan y las nuevas quieran saber de lo que ocurrió un 28 de septiembre de 1960, y los días posteriores, una simple biografía no bastaría para comprender que, pese a todo, detrás de esta fecunda historia, y a pesar de profundas investigaciones, queda tinta en ese tintero, que se requiere salvar.

En mérito a estas razones a la hora de ahondar de escribir la historia de la mayor de las organizaciones de masas cubanas, inevitablemente siempre quedará inacabada, incompleta. Con cosas pendientes por averiguar. Primero por la dinámica de que en cada segundo, minuto, día, mes, esta flamante organización hace historia y, segundo, porque quedan cosas por definir, por aclarar, por conceptualizar, misión que corresponderá a los investigadores de la inobjetable continuidad a la hora de concretar nuevas obras sobre esta temática.

Modestamente como pionero cederista y como investigador considero que tendremos que seguir indagando si realmente el comandante Fidel Castro a su regreso de los Estados Unidos aquel 28 de septiembre de 1960, traía el propósito ese día, de hacer nacer los gloriosos Comités de Defensa de la Revolución.

Cargué con esa incertidumbre mientras investigaba sobre la fascinante historia o en el proceso de escritura de otros textos. Otros compañeros, incluyendo de los que formaron parte de la primera estructura nacional cederista, compartían conmigo esa perplejidad.

Sin perjuicio que otros de los revolucionarios históricos fundadores de la Revolución pudieran aportar claridad, siempre pensé que la respuesta ante la duda, tenía que partir del hombre que propició la aurora de la liberta a la patria en 1959; y posteriormente se convirtió en el autor intelectual y fundador, el gestor y primer teórico de la organización de masas de referencia.

Creo perdí tiempo. Reaccioné en esa imprescindible búsqueda demasiado tarde. La única gestión efectiva la hice cuando contacté con la biógrafa del comandante Fidel Castro, ya que albergaba en ella grandes esperanzas por la proximidad con nuestro líder histórico en labores de creación literaria, pieza clave para lograr esa información.

Katiuska Blanco Castiñeira, prominente escritora, recibió gentilmente mi llamada telefónica, y posterior mensaje electrónico donde le pedía vehementemente le trasladara al Comandante en Jefe; la pregunta, si los CDR nacieron el 28 de Septiembre como algo planificado, obra de una decisión adoptada políticamente, o como parece, fruto del anuncio de la idea de crear un Sistema de Vigilancia Colectiva Revolucionaria, ante la insolencia del estruendo de dos petardos contrarrevolucionarios próximos al acto, supo tantear las fuerzas sociales en las que era preciso apoyarse, las condiciones y necesidades objetivas y las tareas y posibilidades de su tiempo, donde aquellas explosiones consolidaron aún más el patriotismo de la multitud que no se amedrentó, dio vivas a la Revolución y permaneció firme junto a su líder, en expresión de condena al terrorismo con el que de manera ilusa el enemigo pretendió resquebrajar el valor y el coraje de las masas.

Una mezcla de onda alegría y de tristeza posterior, resultó cuando recibí respuesta mediante correo electrónico de Katiuska, en el que me decía “Carballido, haré cuanto esté a mi alcance, pero no puedo prometer que será posible, pues no es algo que pueda yo aseverar ni me corresponde”. Ella mostró interés.

Hizo convicción de la importancia que para la historia tenía esa averiguación. Fue muy profesional, al entender que esa respuesta era básica para desentrañar algo muy transcendental para la historia de esta poderosa organización.

Lamentablemente la salud de nuestro glorioso comandante se quebrantó, a tal extremo de perder sus signos vitales, y fue a reposar definitivamente como morada en una roca extraída de un sitio próximo a la Gran Piedra, lugar del oriente del país tan raigalmente vinculada a la vida revolucionaria de Fidel, contiene la urna de cedro que guarda sus cenizas en la heroica Santiago de Cuba, llenando de dolor al pueblo cubano y la posible respuesta no se pudo lograr.

¿Por qué la incertidumbre, la curiosidad, la necesidad de lograr esa información?

Los que, vinculados a la trayectoria revolucionaria de nuestro invicto comandante, hemos realizado estudios profundos, sobre su forma de hacer política. Sus métodos y estilos de trabajo. Su proverbial sabiduría en aras del descubrimiento o la investigación, sabemos, que a no ser algo inminente que pusiera en peligro la integridad de la patria, él siempre nos acostumbró que para fomentar proyectos sociales, políticos de corte económico; decidir crear organizaciones o instituciones, u otras tomas de decisiones en el ámbito de su responsabilidad, siempre optó por actividades previas de experimentación, planes pilotos, encuestas, consultas con expertos o trabajos de laboratorio o de grupos colegiados que los sometía grandes investigaciones. Esa es una realidad inobjetable, Fidel no practicaba las improvisaciones; esa era una virtud humilde que lo distinguía. Infinidad de ejemplos pudiéramos exponer que avala fehacientemente lo antes dicho.

Como así lo siento. De esa forma lo expreso. Las historias las pintan los hombres y cada cual usa pinceles, colores y técnicas según sus necesidades creativas, estados de ánimo y convicción profunda al valorar las causas y condiciones que generan los hechos históricos y su acontecer.

Por esa razón el estimar que, sobre el nacimiento del Sistema de Vigilancia Colectiva Revolucionaria, proclamada entre petardos por Fidel, existen razones más que fundadas para estimar que la propia contrarrevolución con la macabra idea de sabotear aquel recibimiento del Líder cubano a su llegada de los Estados Unidos, fraguó y ejecutó un plan con las explosiones de los petardos acompañadas de ruidos estruendosos, y se logró, contrario a ello, consolidar aún más el patriotismo de la multitud que no se amedrentó, y reitero, en expresión de condena del terrorismo de los enemigos convictos, quienes de manera ilusa pretendieron resquebrajar el valor y el coraje de las masas.

El profundo convencimiento por parte de Fidel de que el pueblo no se amilanaría ante aquellos petardos, ni ante cualquier otra explosión por enorme que fuera, quedó manifiesto cuando expresó: “Cómo van a venir a impresionar al pueblo con petarditos, el pueblo está aquí en plan de resistir, no ya los petarditos (…) el pueblo está en plan de resistir lo que tiren o lo que caiga, aunque sean bombas atómicas‘’.1

So pena de no asegurar porque faltó despejar la interrogante antes planteadas, este autor humildemente, infiere que los Comités de Defensa de la Revolución nacieron como una idea, un chispazo mental, una inspiración en un acto masivo frente al viejo palacio como una iluminación repentina ante el estruendo de las bombas enemigas.

Aunque pudiera resultar incomprensible, la historia de la Revolución, recoge múltiples ejemplos donde se demuestran que la propia acción contrarrevolucionaria ha ayudado a fraguar la conciencia del pueblo, y a dar pasos sólidos en el fortalecimiento del entramado revolucionario, como pudiera haber sido

Es cierto que existían dos antecedentes, uno desde la etapa inicial de la Revolución, que pudieran resultar elementos embrionarios que pudo haber manejado Fidel como detonador para llamar al pueblo a enfrentar al enemigo mediante la vigilancia como eficaz acción para controlar la amplia acción enemiga, plegada de sabotajes, de terrorismo,que con mucha fuerza existían en ese momento histórica en nuestra Isla Mayor.

En las casas del Movimiento 26 de Julio, se fue consolidando un trabajo sistemático, para contrarrestar el accionar repugnante del enemigo. Tales circunstancias fueron aprovechadas para designar a combatientes revolucionarios de alta confianza al frente de la labor de captación de personas residentes en diferentes barrios para cumplir misiones de vigilancia de individuos involucrados en planes contrarrevolucionarios y de elementos desafectos de la Revolución, esa pudiera resultar una razón embrionaria, y la otra es los incidentes y las provocaciones de los enemigos de la Revolución y las innumerables trabas u obstáculos del Gobierno Norteamericano, durante la estancia por diez días en ese país del norte, lo cual generó disgustos e insatisfacciones de Fidel y la delegación que lo acompañó.

En un contexto de razonamiento, quiero significar algunos particulares para sostener la tesis , si estaba previsto crear ese día lo que posterior fueron los CDR, o que, por las insolencias enemigas y la fortaleza demostrado valientemente del pueblo congregado, surgió un chispazo que alumbró al líder cubano, al tantear a su pueblo, salió aquella magistral idea. En tal sentido llamo a la reflexión sobre el dialéctico o discutible tema y en virtud del cual consigno los siguientes particulares:

• La culminación del histórico discurso el 28 de septiembre de 1960 fue el preámbulo para la constitución de los comités por innumerables revolucionarios cubanos inspirados en la novedosa idea de Fidel, ausente de indicaciones organizativas y estructurales, con total desconocimiento sobre la forma de su creación, y los integrantes que lo componían.
• En sus inicios la estructura solo comprendía la unidad límite o Comité de Vigilancia en la manzana, la cuadra, el barrio, el centro de trabajo, la granja o la cooperativa. Esta estructura primaria cambió con el tiempo con una dinámica en correspondencia al espíritu renovador y creativo de los propios constructores de CDR.
• Los militantes del Movimiento 26 de Julio, del Partido Socialista Popular, de la incipiente Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), funcionarios del Departamento de Investigación del Ejército Rebelde (DIER) en algunos casos y otros revolucionarios, dieron los primeros pasos para constituir los Comités con poca información o indicación acerca de su mecanismo de creación.
• Sobre la génesis de la idea de los CDR, Fidel abundó: “En un acto masivo frente al viejo Palacio surge la idea de los Comités de Defensa como una inspiración repentina ante el estruendo de las bombas: una por acá, otra por allá, parecía aquello un bombardeo y me pregunto: ¿quiénes ponen esas bombas y por qué pueden ponerlas? Era la época en que existían 300 organizaciones contrarrevolucionarias, creadas por quienes ustedes saben”. 2
• Es el propio Fidel quien reconoce un día después, el 29 de septiembre, en una comparecencia a altas horas de la noche en el programa CMQ-TV ante la prensa, algunos elementos funcionales y organizativos, pero sin dejar de enfatizar que la implantación de los comités debía ser parte de un proceso sujeto a estudio y donde se perfilaran más las ideas referidas a los Comités de Vigilancia: A medida que el imperialismo arrecie su ofensiva contrarrevolucionaria, nosotros tenemos que ir ideando nuevas formas de lucha. Como ellos tienen muchos recursos, mucho dinero, todo, pues nosotros tenemos que aprovechar nuestros recursos que son el pueblo, el apoyo del pueblo, la organización del pueblo, barrio por barrio, manzana por manzana, irlo organizando, que el propio pueblo sepa quiénes son los del barrio; un censo en cada barrio para saber quién es todo el mundo y cuáles son sus actividades.
• (…) Ya haremos los comités, lanzamos la idea para que la gente fuera pensando en eso, no de inmediata realización, eso hay que estudiarlo, pero nosotros ya lanzamos la consigna, al objeto de que todas las ideas alrededor de este problema empiecen a desarrollarse, y cuando ya se haya podido organizar un programa, un plan, ir ya ejecutando la idea, es decir, creando esos Comités de Vigilancia Revolucionaria barrio por barrio, manzana por manzana y edificio por edificio. Entonces vamos a ver, el pueblo que es un ejército completo, el pueblo cubano. (…) Hemos organizado la milicia para la lucha frontal, hay que organizar al pueblo para la lucha subterránea”. 3
• Cuando aquel valiente llamado de Fidel, tampoco existía ninguna comisión organizadora, propia de cuándo se va a crear o renovar una organización, de igual forma, no pudo presentar a la hora de la tarea, a ningún cuadro que enfrentaría la misma. Tampoco, en materia de lograr los dirigentes que encausarían lo que se llamó crear (SVCR) no existían en ese momento ninguna designación. Si me preguntaran quien fue el principal dirigente en la etapa inicial de los CDR, donde creativamente fueron surgiendo indicaciones, estructuras, mecanismos de dirección, cierta reglamentación o premisas de trabajo, —ausentes cuando hizo aquel llamado—, fue el propio Comandante Fidel Castro.
• Hay que reconocer que el primer grupo que se organizó nacionalmente con vistas a crear el aparato de dirección estuvo integrado por José Matar Franyie, del Partido Socialista Popular; Cándido Justiz Pileta, representante del Ministerio del Interior (MININT); Hugo Rodríguez Cárdenas, del Movimiento 26 de Julio y Armando Fernández, joven estudiante de medicina.
• En el mes de octubre del propio año (1960) el grupo comenzó a trabajar en silencio, bajo la dirección de José Matar en un local que estaba en los bajos del ayuntamiento de Marianao. Era una especie de sótano. La tarea básica del grupo en esos primeros días fue el control de ciertas actividades en la creación de los CDR de La Habana. Se recogieron estados de opinión de la población tanto sobre esta revolucionaria medida de Fidel como de la Revolución en general y para tal efecto se colocaron buzones en lugares como las oficinas de la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI) y Partido Socialista Popular, entre otras, donde las personas situaban sus puntos de vista que servían para tener una referencia de cómo marchaban los asuntos referidos a la creación de los Comités.
• El otro paso en busca de formar cuadros para los Comités de Defensa de la Revolución, se produce ante en 1962 se inauguró por iniciativa del Comandante Fidel Castro la Escuela Nacional de Instrucción Revolucionaria Juan Ronda Lezcano (ENIR), primera escuela de cuadros de los CDR, lo cual constituyó un avance sustancial en el estudio y difusión del Marxismo-Leninismo y en la preparación de los propios cuadros de dirección de los CDR.
• La inauguración de la escuela nacional puntera, de este tipo, en el poblado el Guatao, Habana, contó con una matrícula de 215 alumnos de las seis provincias de la Isla en su mayoría fundadores cederistas parte de los primeros jefes de grupo de Comités de Defensa de la Revolución en las comunidades, lo que resultó de utilidad en la formación política, organizativa, e ideológica de los primeros dirigentes y cuadros de la organización. Modestamente tuve el alto honor de haber sido seleccionado junto con cuarenta y cinco orientales más, y fuimos despedidos, antes de la partida para La Habana, por el comandante Raúl Castro en la hoy Ciudad Héroe.
• Debe conocerse que hubo que trabajar muy fuerte en esa etapa primaria de los CDR, para lograr conocer y crear las estructuras de dirección, porque se había partido de cero; razón por lo cual fue el 4 de julio de 1961 que se pudo efectuar una reunión en el Palacio Presidencial, presidida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el ministro del Interior Ramiro Valdés Menéndez y en la que participaron el coordinador Nacional José Matar, el secretario de Vigilancia Cándido Justiz Pileta y los coordinadores y secretarios de vigilancia de las seis provincias del país.
• En la misma, Fidel insistió en la necesidad de hacer más pública la actividad de los vigilantes cederistas y de trabajar más para incorporar o vincular a la Revolución a las grandes masas del pueblo con condiciones morales y revolucionarias. Cándido Justiz le comentó a este autor, que esta fue la primera reunión oficial con los directivos de las seis provincias que dio una proyección nacional al trabajo de la dirección.

Concluyendo, el controvertido tema, donde un líder de la talla de Fidel Castro, hace un llamado a crear una organización que hoy sobrepasa los ocho millones de integrantes, sin haber previsto una comisión organizadora para conducir lo que se pretendía, sin estructura alguna, ausente de procedimiento, de indicaciones, de premisas de trabajo, y donde se puede apreciar, en el relato de estas reflexiones, que el propio Fidel, hizo varias aseveraciones que considero claves, como: "que la implantación de los comités debía ser parte de un proceso sujeto a estudio y donde se perfilaran más las ideas referidas a los Comités de Vigilancia’’; ‘’lanzamos la idea para que la gente fuera pensando en eso, no de inmediata realización, eso hay que estudiarlo’’.

Si bien henchido de emociones y orgullo patrio, tenemos que reconocer que Fidel Castro es el autor intelectual y fundador, el gestor y primer teórico de la organización de masas, excelente herramienta que vincula al pueblo con su proceso revolucionario, y que ha resultado algo temido por los enemigos.
Los CDR son una manifestación del genio organizador de las masas populares en Cuba, creados por Fidel como respuesta a las constantes agresiones del imperialismo norteamericano, luego del triunfo revolucionario. Y por las poderosas razones ya anunciadas.

Como colofón dejo abierta la interrogante, para ver si los continuadores de la investigación histórica de los CDR, que me sucederán, puedan buscar la respuesta, que yo no pude lograr:

¿Surgieron los gloriosos Comités de Defensa de la Revolución, fruto de una decisión política previamente analizada, o nacen, entre petardos, como una respuesta a las insolencias contrarrevolucionaria de tratar de amedrentar a los cubanos reunidos con Fidel, aquel 28 de septiembre de 1960?
O como posteriormente expresara Fidel: “ Si de El Quijote , la obra más famosa de la Literatura Española, su autor Cervantes dijo que se engendró en una cárcel donde toda incomodidad tiene su asiento y todo triste ruido hace su habitación, de los CDR podemos decir que se engendraron en la plaza pública en medio de la lucha antimperialista... y el ruido insolente de las bombas contrarrevolucionarias”.4

Autor: Ventura Carballido Pupo

Fuentes:

1. Fidel Castro Ruz: Discurso el 28 de septiembre de 1960, en el antiguo Palacio Presidencial en La Habana.
2. Fidel Castro Ruz: "Vamos a desarrollar el Socialismo mucho másʺ. Discurso en el Aniversario 40 de los CDR, 28 de septiembre de 2000. Tabloide especial, no. 24. Juventud Rebelde.
3. Fidel Castro Ruz: Comparecencia en el programa CMQ-TV ante la prensa, 29 de septiembre de 1960.

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