En la madrugada del domingo 12 de noviembre cuando las aguas enfurecidas del río Cabañas irrumpieron sorpresivamente en el reparto Pedro Sotto Alba de #Moa, más conocido como barrio ECRIN y anegaron casi todas sus viviendas hasta niveles nunca antes visto, los vecinos quedaron en shock.
Los atrapados por las aguas y una vez en lugares seguros, algunos lamentaban la pérdida de sus pertenencias aún cubiertas por el agua y el lodo, pero satisfecho porque nadie perdió la vida, con la seguridad que lo material se puede recuperar. Otros más excépticos se quejaban y dudaban de la recuperación y del apoyo del gobierno y sus autoridades.
Lo que ocurrió después no tiene precedentes, al amanecer se volcaron hacia allí personas de todos los lugares sin que nadie los convocara, estudiantes universitarios, educadores, personal de salud, trabajadores de todos los sectores, gente de pueblo que fueron a sacar lodo, lavar las pertenencias de lo afectados, reparar viviendas, ayudar en todo para que esa gente pudiera recuperarse en el menor tiempo posible.
Los sindicatos, los organismos de la administración, los jefes de empresas y organismos con trabajadores residentes allí, llegaron en el acto para evaluar la situación y buscar la manera de contribuir a resarcir los daños.
En dos o tres horas ya estaban en el barrio ECRIN las principales autoridades de la provincia para intercambiar con la gente y conocer cada detalle de lo ocurrido para tomar acciones inmediatas.
Cientos de moenses comenzaron a entregar donaciones de todo tipo para colaborar en la recuperación de los artículos que perdieron los vecinos por la fuerza de las aguas.
Tanta solidaridad y preocupaciones con los afectados echa por tierra cualquier duda de los pusilánimes que no creían que la Revolución jamás ha dejado desamparado a nadie.
Por eso siento tanto orgullo de mi tierra, de la certeza de que no existe fuerza en el mundo capaz de vencer la fortaleza de un pueblo como el nuestro.
Fuente: Camilo Velazco Petittón, periodista Emisora "La voz del niquel'