El presente artículo constituye una breve exposición de comentarios críticos derivados de un tema mencionado en el material periodístico del compañero Gabino Manguela expuesto en el periódico Trabajadores, el cual se encuentra incluido también en esta redacción, y en el cual se alerta sobre la reducción del número de baños públicos y la cada vez más extendida mala costumbre de orinar impúdicamente a la vista de todos.

Nunca olvidaré que muchas, mu­chísimas madres, entre ellas la mía, siempre, al salir de la casa con la prole, “leían la cartilla a los niños” —como se solía decir—: Orinen antes de sa­lir, tomen agua, advertían, y también otros tantos mandamientos, a veces crueles, pero que iban conformando una cultura, un sentido del civismo, la responsabilidad y el respeto, a pe­sar de que algunos hoy vean aquello como una errónea forma de criar.

Eran valores formados desde la más tierna infancia, aunque pare­ce —ante la actual evidencia— que las enseñanzas de épocas pasadas ya no son parte del comportamien­to diario de no pocas personas. In­cluso, como hay madres que ponen a orinar a sus niños pequeños a la vista de todos, al crecer el infante no tendrá a mal continuar con la costumbre.

Ciertamente era poco menos que insólito ver a alguien orinar en la calle, a plena luz del día. Y si ocurría, por lo general eran personas mayores, muy mayores, sorprendidas por esa necesidad humana inaplazable de miccionar.

Algo ha cambiado. Nunca vi como en los últimos años, no obs­tante mis casi siete décadas de desandar las calles de mi Habana, tantos hombres orinando pegados a un árbol, en una esquina, en una acera, sin pena, sin vergüenza, sin recato, ante el paso cercano de mujeres, niños, ancianos, incluso también de otros hombres. Y que conste, hablo solo de hombres por ser estos la inmensa mayoría en el asunto que me ocupa, y no porque no haya visto alguna fémina en tan compleja situación.

Por momentos parecería que esta­mos en un gran urinario donde la im­punidad y la desidia, la moral y el ci­vismo, las malas costumbres y la falta de higiene están a la orden del día.

La solución del problema pasa por aumentar la cantidad de baños públi­cos en la ciudad. Orinar en la calle es una conducta inapropiada, un foco de insalubridad, una afrenta a la mora­lidad y a las normas de convivencia.

Para mí no es solo una muy ne­gativa evidencia de indisciplina social. Lo considero un delito. Es condenable orinar en un lugar pú­blico, aunque es verdad que existen atenuantes, en primer lugar los po­sibles problemas de salud. No pre­tendo ser absoluto.

No son pocos los países donde sería mejor orinarte el pantalón que aceptar la multa que impo­nen las autoridades encargadas al sorprendido haciendo pis en la vía pública. ¿En Cuba, o para ser más exacto, en mi Habana (que puede también ser cualquier provincia o municipio), es así? Me parece que no.

Gabino Manguela dice:

Por momentos parecería que estamos en un gran urinario donde la impunidad y la desidia, la moral y el civismo, las malas costumbres y la falta de higiene están a la orden del día.

Y considera Gabino Manguela:

La solución del problema pasa por aumentar la cantidad de baños públicos en la ciudad. Orinar en la calle es una conducta inapropiada, un foco de insalubridad, una afrenta a la moralidad y a las normas de convivencia.

Más adelante se presentarán en otro artículo una muestra de comentarios digitales referidos al pago por el uso de los baños públicos.

Recordemos que se cobra desde que la Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó la Resolución 512/2013, la cual autoriza el arrendamiento de baños públicos pertenecientes a los Servicios Comunales a los trabajadores por cuenta propia.

Palax dice:

Y el colmo es que en las terminales de ómnibus los baños están arrendados y hay que pagar por usarlos.

Camila dice:

Utilizar un baño público es una necesidad impostergable, y para muchos es un problema de salud. No garantizarlo en el lugar que sea es un acto inhumano.

Es inconcebible que en el país más solidario del mundo, sea obligatorio pagarlo para utilizarlo.

Ni entiendo que se cobre ese servicio en una instalación donde hayas pagado la entrada, estés consumiendo, en un hospital, etc. Que se dé una propina, está bien, pero que sea obligatorio, no.

No es justo que en un viaje interprovincial, por ejemplo, haya que pagar en cada baño de la terminal en que pare la guagua, cuando pertenece a la misma empresa a la que se le pagó el pasaje.

Tampoco es correcto que muchos, escudados en que no hay baño, hagan sus necesidades en la calle, donde todos los ven hasta niños, y hay quien se aprovecha de eso para hacer actos inmorales o vandálicos.

Falta sensibilidad y deseos de resolver una situación que a muchos les resulta un problema psicológico, fisiológico o de autoestima.

Tony dice:

(…) y tampoco se hacía nada relacionado con los servicios públicos, ya al cubano le da lo mismo orinar en la esquina de un hotel que en la esquina del hospital o en la esquina de la Policía por una sencilla razón: ¿Dónde se puede orinar?

Si vas al Banco, Etecsa, bufete, Organización Básica Eléctrica, Vivienda… tienes que aguantar las ganas porque a alguien no le importa la necesidad natural de las personas.

Todos los establecimientos tienen que habilitar locales para ir al baño y eso tiene que ser obligatorio a la hora de diseñar nuevas entidades que brindan servicios públicos.

Un post en redes sociales señala:

En el país capitalista y despiadado todos los establecimientos, gasolineras, tiendas, tienen sus baños, para hombres, y para mujeres, y no se cobra por usarlos.

En resumen: Hay quienes están en desacuerdo con pagar por usar baños públicos, unos porque consideran que si ya abonaron el precio para entrar al local, no hay razón para tener que volver a hacer un desembolso por algo que debe estar incluido en el pago general.

También existe rechazo a pagar por usar baños públicos porque lo consideran en primera prioridad, un asunto de salud, tema que se abordará más adelante en la sección La Guagua del periódico Trabajadores, el cual será publicado para su lectura en este medio digital y que esperemos tribute a una correcta toma de conciencia ciudadana y mejoramiento en el comportamiento cívico público.

Fuente: Diario Digital Trabajadores

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