Los aguerridos milicianos del 113 Batallón de Combate de Antilla

 

(Por Lic.Ventura Carballido Pupo) - El poblado marino de Antillla de la provincia de Oriente y todos sus barrios adyacentes fueron espacios para que cientos de jóvenes, tratando de imitar a los barbudos del ejército Rebelde, y con el propósito de defender el  proceso revolucionario reinanante en Cuba desde  el primero de enero  de 1959, se sumaran a la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR); grupos militares populares, que el 26 de octubre de 1959 constituyó en la historia  cubana  una de las primeras demostraciones populares contra el tradicional intervencionismo estadounidense, el que ya se había manifestado antes del triunfo de la Revolución para tratar de impedir la victoria del Ejército Rebelde.

 

En una práctica que sería cotidiana en lo sucesivo, contar siempre con el pueblo para la adopción de decisiones trascendentales, la defensa cobró una mayor estructura orgánica nacional, con el surgimiento de batallones de milicianos integrados por representantes de las organizaciones sociales, asociaciones estudiantiles, sindicatos y campesinos, bajo la asesoría de los combatientes del Ejército Rebelde (ER), llegados de los difrentes frentes de la Sierra Maestra y otros parajes de la geografía cubana, incluyendo los frentes que combatieron en los llanos.

 

Cortadera en Antilla como centro de concentración, Guirabo en Holguín como Escuela de Preparación Militar, Pica Pica en el Escambray, primer lugar de operaciones, Playitas de Cajobabo en Baracoa esperando cuando Playa Girón fue atacado por el invasor yanqui, Yerba de Guinea en Guantánamo, donde se hizo la captación de combatientes para el Ejército Oriental, y Tía Arriba en el Segundo Frente Oriental, donde una gran mayoría juraron estar dos años en la División 50, bajo el mando del entonces Senen Casas Regueiros, resultó el periplo que desde el 30 de diciembre d 1960 hasta el 25 de abril de 1961 recorrió el antillano batallón bautizado con el número 113 de la región oriental.

 

Los motivos de este peregrinar de esta dotación miliciana los vinculó con cuatro significativos acontecimientos históricos: la gran movilización para las trincheras ante el cambio de presidente en los Estados Unidos; la Operación “Jaula” en la limpia del Escambray, la agresión de la Brigada 2506 de mercenarios por Playa Girón y la llamada Crisis de Octubre.

 

Un valioso testimonio

Según el amplio testimonio escrito del combatiente Ramón Moreno Pérez de esta unidad, residente en Tacajó, municipio de Báguanos, quien tenía 17 años en aquella ocasión, expuso que el batallón bajo el mando del compañero Florentino Requena Civil lo integraban unos 500 milicianos, en su gran mayoría campesinos u obreros agrícolas de la zona de Antilla y sus comarcas: Deleite, Bijarú, Tacajó, Santa Rita, el Mamey, Cortadera, San Jerónimo, entre otros.

 

El testimoniante narra las vicisitudes de orden logístico presentes en esos meses de movilización. Escasez de alimentos, de vestuario, vida en campaña y que como techo tenían el cielo, durmiendo en las trincheras. Fue la tónica general que tuvieron que soportar estos improvisados jóvenes combatientes; sin embargo el patriotismo y el respeto a Fidel, a Raúl, al Che, los llevó a soportar o asimilar esos grandes sacrificios.

 

Narra que el recorrido hasta el Escambray fue de más de 20 horas y el regreso hasta Holguín lo hicieron en unos destartalados trenes de vagones cañeros, sin ningún tipo de baños, molestos, con suciedad extrema y con una sola ración de alimentos qla cual les fue entregada en Camagüey. Todo ello formó parte de un panorama que solo era soportado por hombres convencidos de que la Revolución de los humildes y por los humildes debía perdurar, y por ello, empuñaron aquellos fusiles, para jugársela al todo por el todo contra los forajidos contrarrevolucionarios y con las invasiones de mercenarios y marines estadounidenses.

 

Otro aguerrido combatiente del 113, Israel Martínez Torres, vecino de Tacajó, municipio López Peña, actual Báguanos, provincia de Holguín, narró a este autor que el batallón se organizó en el barrio Cortadera de Antilla, cuando la movilización por el cambio de presidente el 31 de diciembre de 1960, donde permanecieron hasta el 20 de enero de 1961. Luego fueron movilizados para la escuela de Guirabo en la ciudad de Holguín y a la semana partieron en tren para el Escambray como parte de la misión encomendada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, para desarrollar un fuerte ofensiva a las bandas contrarrevolucionarias alzadas contra la revolución en ese territorio. Significa que en la organización y preparación de esta dotación miliciana contó con la honrosa presencia del entonces Comandante Raúl Castro Ruz, quien fue una gran inspiración patriótica para ellos.

 

Expone que el grueso de los integrantes de este batallón estaba integrado de los territorios asociados a Banes, Antilla y Tacajó, además de algunas comarcas campesinas de estos lugares y algunaas de la ciudad de Holguín que se enrolaron a última hora. Manifiesta que en el Escambray operaron en una zona denominada Pica Pica de Trinidad. Cuenta que cuando llegaron a Holguín tomaron unos días de descanso, y el 15 de abril de 1961 fueron destacados en una zona marítima muy próximo a Playa Duaba en la región de Baracoa, donde permanecieron hasta que se logró la victoria de Girón y por supuesto ante la ausencia de las pretensiones imperialistas de hacer un desembarco anfibio por la ciudad primada.

 

El hoy coronel retirado del Ministerio del Interior, poblador de Antilla, muy joven cuando la formación del batallón de referencia, recuerda que estos valerosos combatientes fueron recibidos, luego de la operación del Escambay, por el pueblo antillano como héros de la patria, y que hoy está formación militar es un patrimonio de este territorio histórico. Formado como una gran cantera, resultó muy alto el aporte de combatientes milicianos del glorioso 113 oriental, para el Ejército Oriental, formado el 21 de abril de 1961, bajo el mando del entonces Comandante Raúl Castro Ruz.

 

El 113 de Antilla, actual municipio de la provincia de Holguín, formó parte de los 10 batallones creados en la Costa Norte Oriental por el Comandante Raúl Castro, unidades que tuvieron su base de organización, completamiento y preparación en diferentes lugares de la región nororiental: El Batallón No. 105, radicó en Guayacán, Chaparra, hoy Jesús Menéndez; el No. 106 en la finca El Vapor, Floro Pérez, Gibara; El No. 107, bautizado por Raúl Castro con el nombre glorioso de Antonio Maceo, en territorio del central azucarero que llevaba igual nombre; el No. 108, integrado por milicianos de la Ciudad de los Parques, su campamento principal radicó en un antiguo burdel, llamado “El Tahití”, afueras del reparto Alcides Pinos vía a Gibara, y en zonas aledañas de Holguín; el No. 109, en La Criolla de Camazán, hoy municipio Báguanos, donde fue su inicial teatro de operaciones. El No.110, El Palmar, a un costado del poblado de Cacocum; el No. 112, en la Playa o zona de Yaguajay, Guardalavaca, Banes; el No. 113, en Cortaderas, de Antilla; el No. 115, en Playa Juan Vicente, de Mayarí Abajo; y el No. 121 integrado por holguineros y tuneros en predios de Cauto Cristo.

 

Con una preparación final que los entrenaba en el manejo de las armas recién llegadas fruto de la solidaridad, con países socialistas de Checoeslovaquia y la Unión Soviética en las escuelas de Guirabo en Holguín, y San Pedrito, Santiago de Cuba, estos 5 mil combatientes, luego de la movilización, a partir del 31 de diciembre de1960, cuando el cambio de presidente en los Estados Unidos, comenzaron la Operación “Jaula”, en las montañas del Escambray, bajo el mando del Comandante Eddy Suñol Ricardo. Posteriormente, ocuparon puestos de combates en las zonas costeras de la provincia de Oriente cuando la invasión en abril de 1961 por Playa Girón.


Lamentablemente muchos de los que integraron estos batallones ya no están físicamente, quedan reducidos grupos de veteranos cargados en años, los que deben recibir atenciones merecidas ya que son paradigmas de las nuevas generaciones de cubanas y cubanos.


Es aconsejable que los organismos políticos, gubernamentales, de historia y de la ACRC (Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana) de Antilla contacten con algunos de estos combatientes que aún viven y encaminen esfuerzos en hacerles un reconocimiento público delante de los jóvenes y que se destaque su trayectoria en los medios de comunicación y en los Portales Ciudadanos de cada municipio y en la provincia. No olvidarlos en una alta responsabilidad de los revolucionarios de hoy.

 


 

Fuente: Lic. Ventura Carballido Pupo - Abogado, Analista Político, Historiador y Escritor

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