Modelo de cuadro o dirigente revolucionario que vamos logrando y que necesitamos para avanzar aún más

 

(Por Ventura Carballido Pupo) - Aunque seguro su línea de pensamiento está sobrentendida en este contenido, no es de Lázaro Expósito de quien queremos historiar, formular, generar puntos de vista. Se toma como portada del presente artículo ya que es algo genuino que hace plena química con lo que expuesto aquí.

 

 

En Cuba las propias exigencias de la obra revolucionaria han requerido directivos que posean una cultura integral y adecuada de dirección; con personas que interioricen el palpitar del pueblo, aspecto priorizado por el máximo mando de la Revolución desde sus inicios. Lo dicho por nuestro líder Fidel Castro, sobre el Ché que aparece al final de este escrito, puede ser la clave más depurada, más pura, por la cual debemos luchar y aspirar.

 

 

Dentro de la contemporaneidad revolucionaria cubana, Miguel Diaz-Canel Bermúdez, máxima figura del Partido y Gobierno, relacionado sobre el papel que le corresponde jugar a los dirigentes, funcionarios, administradores, y cuadros de dirección, en su obra discursiva y su ejemplo de desempeño inteligente y laborioso va reformulando y enriqueciendo premisas, que debemos convertirla en guías para la acción, sí es que queremos construir un socialismo que gane plena y solida confianza en el soberano.

 

En relación a la política de cuadros, y el tipo de modelo, de paradigma, que queremos lograr, el Mandatario Cubano; --y es lo que queremos interpretar--, es del parecer, que tiene que ser con personas que puedan interpretar las grandes directivas emanadas del poder central, sobre todo de los Congresos del Partido Comunista de Cuba y su Consejo de Ministros hacerlas suyas y transmitirlas como orientación a las masas, percibiendo además las manifestaciones que ésta haga de sus deseos, sus inquietudes, y sus motivaciones más íntimas.

 

Pero lo más depurado y profundo como modelo para los cuadros cubanos es el Ché, y al respecto nuestro Fidel planteaba: "Si hace falta un paradigma, si hace falta un modelo, si hace falta un ejemplo a imitar para llegar a esos tan elevados objetivos, son imprescindibles hombres como el Ché, hombres y mujeres que lo imiten, que sean como él y se comporten como él en el cumplimiento del deber, en cada cosa, en cada detalle, en cada actividad, en su espíritu de trabajo; en su hábito de enseñar y educar con el ejemplo; en el espíritu de ser el primero en todo, el primer voluntario para las tareas más difíciles, las más duras, las más abnegadas; el individuo que se entrega en cuerpo y alma a una causa, el individuo que se entrega en cuerpo y alma a los demás, el individuo verdaderamente solidario, el individuo que no abandona jamás a un compañero, el individuo austero; el individuo sin una sola mancha, sin una sola contradicción entre lo que hace y lo que dice, entre lo que practica y lo que proclama, el hombre de acción y de pensamiento que simboliza el Ché.

 

 

 

Referente: Castro Ruz F. Discurso en Pinar del Río el 8 de octubre de 1987, por el XX aniversario de la caída en combate de Ernesto Ché Guevara. La Habana: Editora Política

Fuente: Ventura Carballido Pupo - Comunicador Institucional Provincial Gobierno Provincial de Holguín

 

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