¡Menores de edad en peligro!...no es cosa de juegos

 

Sobre la relación de la COVID-19 con los niños, niñas, adolescentes y población joven en general, muchas cosas se dijeron, como que los niños no enfermaban, o si lo hacían no era de modo grave y obviamente, que mucho menos morían. Sin embargo, esta ha sido una enfermedad en la cual la ciencia y la asistencia médica han ido aparejadas con el curso de la misma, hasta demostrar que sí es una población que enferma, que sí puede evolucionar hacia formas graves, aunque en menor proporción con respecto a los adultos. Teniendo en cuenta que la nueva cepa del coronavirus ya está en la isla, menos agresiva pero más contagiosa y menos selectiva que la primera, la pregunta que todos deberían hacerse es: ¿Hemos entendido que los niños y adolescentes no son inmunes ante la Covid-19?

 

Así destaca a Cubadebate la doctora Lisette del Rosario López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría y miembro del Grupo de Expertos de la COVID-19 del Ministerio de Salud Pública, quien subraya: “Se infectan, y además transmiten el virus, por lo cual en la cadena epidemiológica tienen el mismo papel que un adulto o una persona de edad avanzada aunque la evolución varíe”.

 

 

De acuerdo con la especialista, este es un elemento crucial a tener en cuenta, “pues consideramos que, precisamente, este estigma es el que ha hecho que muchos padres o familiares, y la misma sociedad, haya bajado la percepción de riesgo en cuanto al cuidado de ese grupo poblacional. “Insisto; si bien por lo general no enferman de manera grave, sí constituyen un elemento serio de transmisión dentro de su hogar o comunidad, donde conviven con personas de mayor vulnerabilidad, y que las hacen más propensas a las forma graves de la infección”, dijo.

 

Prueba de ello, apuntó López González, es que en los últimos meses sí se han ido reportando en el mundo casos de muerte por COVID-19 en niños, resultado de evoluciones tórpidas en población pediátrica infestada por el SARS-CoV-2.

 

También, se ha informado y alertado sobre la aparición de síndromes, presumiblemente asociados a haber estado infectado antes con este virus, y que tienen una alta mortalidad. “Es por eso que pudiéramos preguntarnos ¿Son inmunes los niños al coronavirus? La respuesta es NO, no son inmunes a la COVID-19. Enferman con un virus, que tiene además un peso social importante, pues ha puesto en evidencia la robustez o no, de los sistemas económicos y de sanidad”, reflexionó la entrevistada.

 

 

Todo cuidado es poco...

 

 

El primer caso confirmado de coronavirus en la población pediátrica ocurrió el 21 de marzo de 2020. Desde sus primeros inicios, la incidencia se ha mantenido entre un 10 % y un 12 % , con una evolución clínica estable y mostrando resultados satisfactorios en el uso de los protocolos establecidos, informó la jefa del Grupo Nacional de Pediatría.

 

“De aquí hasta la fecha, ningún niño, niña o adolescente cubano ha fallecido a causa de la COVID-19”, subrayó.

 

No obstante, insistió la experta, es preciso hacer un llamado de atención importante, puesto que en esta tercera ola de la pandemia la población pediátrica se ha visto más severamente afectada.

 

“Tenemos que entender que el nuevo código de vida implica aprender a socializar acorde a los tiempos de la COVID-19”; atender a nuestros niños y niñas con un máximo de bioseguridad hogareña y eso es la clave del éxito para lograr revertir esta situación”.

 

 

No menos importante, sostuvo, es la alerta sobre nuestros adolescentes. “Las edades entre 15 y 18 años están marcando diferencia. Este grupo etario ya tiene independencia social, y aunque estén bajo la custodia de la familia como núcleo central, tienen una capacidad para darse cuenta que forman parte de nuestra sociedad, que en las manos de ellos está cuidarse y cuidar su entorno”.

 

La principal vacuna con la que contamos—y así lo han remarcado reiteradamente las autoridades sanitarias y el propio mandatario cubano— es la prevención. “La manera más inteligente de abordar esta pandemia es previniendo la infección, con la prevención primaria que está en manos de todos. Por otro lado, evitar contactos, fuentes de infección. Si tenemos sintomatología, o los padres detectan que sus hijos tienen algún malestar o síntomas como tos, estornudos, fiebre, deben acudir a los servicios de salud inmediatamente. Insistimos en que en la población pediátrica, la COVID-19 no solo se presenta como una infección respiratoria, sino que los cuadros digestivos están presentes en ellos”, refirió.

 

Para la entrevistada, vale destacar que si bien es cierto que el mundo y en Cuba, el mayor por ciento de los menores contagiados evoluciona de manera satisfactoria, hay un número de pacientes que puede cursar y cursan, con las formas graves de la enfermedad.

 

Por otra parte, dijo, la COVID-19 es una enfermedad que estamos conociendo sobre la marcha. Por lo tanto, la verdad de hoy quizá pueda ser cuestionada mañana. “Las secuelas están descritas también en los pacientes pediátricos, inclusive en aquellos que prácticamente han sido asintomáticos. En nuestro país se han realizado estudios en los cuales se han detectado alteraciones cardiovasculares en menores sanos que han sido infectados por el SARS-CoV-2. Por ello, lo primordial es cuidar la salud”, concluyó.

 

Fuente: Cubadebate 

 

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