El huevo es, por más de una razón conocida, alimento básico, y calificación cercana a imprescindible en las mesas cubanas. De tales expresiones deriva que la mayoría de las provincias cubanas tengan entre sus prioridades locales el aseguramiento de las cantidades de huevos que demandan sus poblaciones respectivas.
Salvo algunos territorios, principalmente los mayores, que reciben cifras desde otros generalmente cercanos, esta disposición se cumple. Pero existen casos con situaciones específicas muy especiales, y en consecuencia, la producción y distribución de huevos se torna compleja. Uno de esos casos es Moa, el más lejano municipio holguinero, a unos doscientos kilómetros de su capital provincial. Durante años resultó misión difícil asegurar los niveles básicos de consumo de huevos para la población moense. Entonces, sin otra alternativa, hasta allá viajaban rastras y más rastras cada mes cargadas de huevos colectados en sitios diversos, todos lejanos.
Pero no hay mal que dure 100 años, si hay hombres como un viejo amigo de nombre José Silot, líder más que jefe, en la unidad básica avícola de Moa. Con un puñado de hombres y mujeres de su talla, le entraron de frente al problema, trabajaron duro, idearon alternativas y las pusieron en práctica, y ya hoy en sus predios se habla con seguridad de crecer las producciones sin muchas importaciones. A la vista se muestran los sembrados alternativos, no son una carga para autoabastecerse, y todo empezando por su encargo fundamental y razón de existencia.
Una vez más se comprueba que la motivación siempre genera buenos resultados, lo asegura Silot durante una conversación “de viejos amigos”, en la que nos va mostrando los sembrados de yuca y boniato destinados a hacer “aumentar” los volúmenes de pienso disponible, también el módulo pecuario, que todos cuidan con especial esmero, pues de ahí depende el autoconsumo alimentario de los trabajadores, y hasta las condiciones laborales y atención directa al obrero.
Fuente: Comunicadora Gob. Municipal Moa Odasis Serrano Ferrera